Cuarta búsqueda oficial: 1970-1973
La familia Masilotti jamás perdió la esperanza de hallar el tesoro. Es más, creo que tomaron sus búsquedas fracasadas de los años '50 como tanteos en los cuales se había alcanzado algo valioso: aprendizaje. Y habrán respirado aliviados cuando la Sra. Gutiérrez se quedó con las manos vacías en 1962, pero sin creer en absoluto las declaraciones de esta última sobre haber hallado "un arcón vacío" (que nadie llegó a ver ni fotografiar).
El problema de todas las búsquedas pareció radicar siempre en la identificación precisa de la "vieja capilla" que sería el punto de partida para ubicar el tesoro. Puesto que el Cementerio Central fue fundado en 1835 y la secularización de los cementerios en Uruguay data de 1861, es innegable que hubo un período en el cual la Iglesia era la autoridad allí. Por ende, debía haber una capilla en el Cementerio Central.
¿Por qué la primera búsqueda apuntó a identificar esa "vieja capilla" con el Panteón Nacional? ¿Fue una grosera confusión de las hermanas Masilotti, que se repetiría en la tercera búsqueda por parte de la Sra. Gutiérrez? Creo que, en realidad, había elementos para hacer esa identificación. Veamos lo que indica el diario "El País" del 12 de abril de 2022, en interesante nota sobre el Panteón Nacional:
"Se conocen muy pocos datos sobre la construcción del Panteón Nacional. En realidad, no hay ley ni decreto que lo haya ordenado de forma explícita. No se sabe, por ejemplo, si el piso o los mármoles son originales o agregados posteriores. Sí se sabe que era el depósito de la capilla que está en el piso superior..."
Por lo tanto, no parece ilógico el razonamiento de las buscadoras. Que tampoco estuvieron erradas al centrar su atención sobre el monumento a los Mártires de Quinteros en la búsqueda de 1956-57.
Seguramente no lo hicieron por "confundir" este monumento con una vieja capilla, sino por saber que era otra referencia a la hora de dar con los túneles que buscaban. Sin embargo, no parece tan claro el punto focal de la cuarta búsqueda oficial: la rotonda de la entrada principal del cementerio:
En caso de afirmar que esta rotonda constituye lo que originalmente se consideró "una vieja capilla", sólo entonces, se encuentra la lógica de la cuarta búsqueda, que intentó encontrar los túneles no ya dentro del cementerio sino fuera de él, efectuando cateos en plena calle.
Pese a que nada lo avalaba (al menos, nada que fuera públicamente conocido), se basaban en una posible reubicación sufrida por el Cementerio Central, de modo tal que originalmente habría ocupado algo más de terreno hacia el norte.
Lo cierto es que obtuvieron autorización para comenzar los trabajos en 1970, por espacio de noventa días. Quizás lo que facilitó la aprobación de las autoridades fuera el hecho de que ya no se excavaría dentro del cementerio, sino en las calles aledañas. Asimismo, se estableció que sólo los objetos habrían de repartirse en régimen de partes iguales, mientras que los documentos que se encontrasen quedarían en poder del Estado.
Se programaba un gran esfuerzo de medios a emplear: circuito cerrado de televisión para vigilar las excavaciones, equipo multidisciplinario con presencia de científicos y expertos, asesoría legal continua y todo lo que fuese necesario según se diera el desarrollo de los trabajos. De pronto, surgió el primer percance: la inesperada muerte del prestigioso Dr. Miguel Cossini Morrison, apoyo legal de las buscadoras. Al parecer, ese fallecimiento provocó en Clara Masilotti un trastorno emocional que luego se tradujo en un percance de salud, al punto que impidió su regreso al Uruguay.
Se intentaría retomar el asunto en los dos años siguientes, pero recién en 1973 se llevarían a cabo algunos rápidos cateos en zonas fuera del cementerio, que no arrojarían resultado alguno. Ni Clara ni Laura Masilotti volverían a Montevideo, atenazadas por diversos problemas que parecían surgir cada vez que manifestaban su intención de regresar. Quizás tomaron eso como una señal.
Clara Masilotti falleció en 1980 y su hermana Laura en 1983. Con ellas, que dieron a conocer el tesoro y perseveraron cuanto pudieron en su búsqueda, se cerró un capítulo fundamental del asunto, sin que el misterio se resolviera.
